jueves, julio 08, 2004

hapunte

estoy muy raro estos días. realmente. la gente me gusta más que de costumbre: veo a estas chicas y estos chicos alineados en sus carpetas, dentro de un salón de clases, sus cabezas guardando todos aquellos cerebros hechos de células, veo sus ojos moviéndose y las diferentes proporciones y los diferentes colores. hay narices. hay bocas que se abren y cierran... me gusta la cara de germán, porque pareciera pertenecerle a un caballo y sin embargo funciona muy bien donde está, encima de su cuello. me gusta la cara de esa chica que no recuerdo cómo se llama: tiene muchísimas cicatrices de acné sobre su piel marrón, y son como pequeños ojos mirándome. me gusta la cara de la chiquilla gorda que se sienta al fondo, sus mejillas son dos mitades de pan y seguro que es igualita a su abuelo. me gusta la cara de idiota de katherine, me gusta esa forma que tienen sus ojos redondos de decir siempre una sola cosa. me gusta la señora de sesenta años que aún no aprende a conjugar verbos y que morirá antes que nosotros: sus manos son de muchos colores, y los bordes de sus uñas crecen despacio. también me gusta la chica bonita. su cara es idéntica a la de millones de chicas bonitas, y siempre estará más vieja que hace un minuto. existe una cosa que ellos no se dan cuenta que poseen, esa hermosa capacidad de funcionar solos, de expresarse con canicas llamadas ojos y piedras llamadas dientes. absolutamente todo puede ser amado. puta madre.

11:37 p. m. [césar]