acabo de terminar de (re)leer, hace una hora, "la senda del perdedor" de bukowski. le había prestado el libro a obed hace al menos dos años, y me lo devolvió el lunes. es un libro "excelente", para usar un adjetivo de bruno, aunque me da un poco de --escríbase aquí cualquier palabra-- que no me haya fascinado tanto como la primera vez que lo leí, hace cuatro años quizás. definitivamente lo más bello y más gracioso del libro está en los pasajes en que bukowski recuerda su adolescencia y su acné, ("el peor caso que nunca se hubiera visto"). qué vida tan jodida. ayer estuve buscando información sobre la aparición de bukowski en el programa de bernard pivot y resulta que esta aparición había sido en 1978, bastante antes de lo que yo creía. por lo que he entendido de mi lectura de la página web donde se reseñaba el episodio (estaba en francés) en aquella oportunidad bukowski se bebió dos botellas de vino blanco y luego vomitó al aire, en televisión nacional francesa. después le pidieron que se fuera y sacó un cuchillo con el que amenazó a alguien de la audiencia. me pregunto si hay alguna grabación de aquello (he visto cintas de "apostróphe" a la venta, por ejemplo el de la entrevista a nabokov, por qué no esta, me pregunto.)
"...¿Quieres que te confiese una cosa? Escribir es sólo apasionante como perspectiva, como proyecto, como necesidad. El ejercicio mismo, en cambio, es fatigante, atrozmente penoso. Es una especie de masturbación maniática, que se prolonga y lo devora a uno, lo aísla de todo, lo desrealiza. Te juro que por momentos tengo la impresión de dejar de vivir. Quisiera salir, tener toda clase de aventuras, tomar trenes, barcos, hacerme gángster, guerrillero, viajante de comercio, cualquier cosa que signifique un mínimo de riesgo y tránsito físico. La vida puramente intelectual es absurda y triste, sólo admirable en los otros. En otros tiempos, uno podía escribir estimulado por ciertos espejismos: la gloria, el dinero. He leído una maravillosa frase de Balzac: "los orígenes de mi vocación, de mis libros y de mi vida, son exclusivamente pecuniarios". Pero hoy día uno escribe casi sin esperanzas, para llenar ciertos vacíos y deficiencias, para desquitarse de algo anormal. ¿Quién puede creer ahora que una novela va a cambiar algo y si así fuera, qué mierda me importa si yo no seré jamás el beneficiado? Creo que la condición intelectual privilegiada es la del estricto lector. Vive y cuando quiere coge un libro, vuela un rato, lo cierra y regresa. A mí me jode horrores vivir volando, no quiero pasarme la vida como un cometa. Estoy irritado con mi vocación, sobre todo porque ya no hay marcha atrás posible, si no tuviera tiempo para escribir me sentiría desesperado. Pero pienso que hubiera sido mil veces preferible otra vocación, menos exclusiva y tiránica, más sociable y concreta. He estado leyendo las cartas de Flaubert y no hay nada más espeluznante ni conmovedor. Es horrible llevar una vida de trapista sin creer en el paraíso." (la carta no es mía, pero no importa.)