quizásss... lo que pasa es que estoy demasiado tiempo encerrado en este cuarto, hablando con nadie. en la noche fui a clases y mi estado de ánimo se modificó. radicalmente. eso tiene que ver con el hecho más o menos notorio de que d. se siente atraída hacia mí. nos mirábamos y yo me daba cuenta. hora y media estuvo enseñándome a posar adecuadamente las manos sobre la espalda de o., bocabajo sobre la camilla durante toda la clase... pon tu mano así. ahora así... mueve así. voy a hacerlo en cámara lenta, para que te des cuenta. y una sonrisa, subiendo desde la boca hasta los ojos. estábamos los tres solos en el cuarto. INDEPENDIENTEMENTE DE ESO dar masajes me gusta: equilibran al otro, seguro, pero también lo equilibran a uno. hay todo un rollo biológico con respecto a la necesidad de tocarse para elevar las defensas -ah, la naturaleza: aquellos que son acariciados menos viven menos; ergo, se reproducen menos; ergo, la vida tiende a seleccionar a aquellos que son más preciados para el resto...
o. tiene una espalda bonita. mientras hago mis amasamientos y fricciones y todo aquello soy absolutamente profesional -es imposible de otra forma- pero eso no impide que después, caminando de noche, de repente, aparezca el pensamiento: o. tiene una espalda bonita. de tamaño pequeño. una espalda que puede abarcarse fácilmente con las manos. después de clases la acompañé hasta su casa y noté, con nitidez, que hay una tensión sessual entre nosotros en algunos momentos. obvio, supongo, después de habernos estado tocando toda la clase. pienso que no me aburriría con ella, excepto por el diminuto hecho de que es seguidora incondicional de sai baba y eso escapa de mi zona de confort. de cualquier modo, yo pensaba antes -y sigo pensándolo ahora, supongo- que no podría nunca enamorarme de alguien que escribiera en su hi5 algo como
soy una persona muy sincera,romantica,sencible ...quisiera encontrar a mi principe azul ... jeje ... me gusta siemrpe estar sonriente jeje ...
"...¿Quieres que te confiese una cosa? Escribir es sólo apasionante como perspectiva, como proyecto, como necesidad. El ejercicio mismo, en cambio, es fatigante, atrozmente penoso. Es una especie de masturbación maniática, que se prolonga y lo devora a uno, lo aísla de todo, lo desrealiza. Te juro que por momentos tengo la impresión de dejar de vivir. Quisiera salir, tener toda clase de aventuras, tomar trenes, barcos, hacerme gángster, guerrillero, viajante de comercio, cualquier cosa que signifique un mínimo de riesgo y tránsito físico. La vida puramente intelectual es absurda y triste, sólo admirable en los otros. En otros tiempos, uno podía escribir estimulado por ciertos espejismos: la gloria, el dinero. He leído una maravillosa frase de Balzac: "los orígenes de mi vocación, de mis libros y de mi vida, son exclusivamente pecuniarios". Pero hoy día uno escribe casi sin esperanzas, para llenar ciertos vacíos y deficiencias, para desquitarse de algo anormal. ¿Quién puede creer ahora que una novela va a cambiar algo y si así fuera, qué mierda me importa si yo no seré jamás el beneficiado? Creo que la condición intelectual privilegiada es la del estricto lector. Vive y cuando quiere coge un libro, vuela un rato, lo cierra y regresa. A mí me jode horrores vivir volando, no quiero pasarme la vida como un cometa. Estoy irritado con mi vocación, sobre todo porque ya no hay marcha atrás posible, si no tuviera tiempo para escribir me sentiría desesperado. Pero pienso que hubiera sido mil veces preferible otra vocación, menos exclusiva y tiránica, más sociable y concreta. He estado leyendo las cartas de Flaubert y no hay nada más espeluznante ni conmovedor. Es horrible llevar una vida de trapista sin creer en el paraíso." (la carta no es mía, pero no importa.)